Obra realizada en el precioso pueblo de Galilea, donde se construyó una elaborada pared de piedra mallorquina en una gran fachada de la vivienda, además de en algunas paredes exteriores. Una piedra apropiada para la montaña y el entorno donde se encuentra la casa. Los tablones de madera para el techo que hay en el interior, se instalaron respetando la manera en la que se hacía antiguamente. Un resultado final curioso y elegante.